Las jarcias de mi corrección de estilo editorial

En el ambiente náutico se acostumbran dos tipos de jarcias: las fijas y las móviles. Las primeras son las que, junto con alambres y aparejos, mantienen en su lugar a los mástiles de una embarcación (arboladura); por más maniobras que se hagan con ellas, nunca se mueven. A diferencia de las segundas, ya que con ellas se maniobran las velas de los barcos.

Sea cuales sean, las jarcias se caracterizan por ser un hilo continuo; un hilo que no puede romperse porque, si por cualquier circunstancia llegara a reventarse, provocaría daños catastróficos: en el barco, en la tripulación e incluso en la conducción de la ruta marítima.

En su tesis de grado, el maestro en diseño y producción editorial Jesús Eduardo García (2013) resalta la importancia de la concentración del corrector de estilo frente al texto. Para ello toma como recurso metafórico el siguiente fragmento de la novela de Goethe Las afinidades electivas:

Oímos hablar de una disposición particular de la marina inglesa. Todas las jarcias de la flota real, desde la más fuerte a la más fina, están trenzadas de tal manera que un hilo rojo las atraviesa en su totalidad, de modo que no se pueden extraer sin deshacerlo todo, y con lo que hasta los más insignificantes fragmentos se reconocen como pertenecientes a la corona (p. 35)

Jesús Eduardo García

El hilo rojo, entonces, es la figura retórica que utiliza Jesús Eduardo García para enfatizar la importancia de que el corrector no pierda de vista la noción del texto: tanto el núcleo del tema que trata como la expresión que le da sentido.

Mantener la atención en el hilo rojo nos permite sostener la dirección de la obra y, al mismo tiempo, nos reta a mantener la concentración en el trabajo. Es así como nos encontramos ante la complejidad de mantener sujetas ambas jarcias.

Por un lado, el hilo rojo de la jarcia que horada al texto, y por el otro, la que permite sumergirnos en aquel lugar latente donde vaciamos nuestro tiempo.

Quienes nos dedicamos a la corrección profesional de estilo editorial hemos tenido que aprender a luchar contracorriente para mantener las jarcias fijas que llevarán las arboladuras del texto a buen puerto, y al mismo tiempo, entrelazarlas con las que cada corrector tiene como forma de sustraerse por momentos al caos de la vida.

Cerrarse al exterior para entretejer las jarcias requiere de preparación, vislumbrar umbrales de calma o, posiblemente, de rituales para el esplendor que el Goliat del caos le roba al David del corrector. Ante la vorágine de la vida, no queda más que cuidar nuestras jarcias al momento de corregir.

Referencias

Diccionario Náutico (s. f.). Jarcia. Recuperado el 1 de marzo de 2024, de https://diccionario-nautico.com.ar/jarcia/

García. C (2013). La profesionalización del corrector de estilo: un enfoque desde el aula universitaria (Tesis de Maestría, Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco). UAM Xochimilco Repositorio. https://repositorio.xoc.uam.mx/jspui/handle/123456789/22768

Las jarcias de mi corrección de estilo editorial
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