Seguramente has escuchado más de una vez la expresión Es un don Juan. Pero, ¿sabes de dónde viene y cuál es el mito que hay detrás de ella? Te contamos…
Más que un personaje, Don Juan Tenorio es prácticamente un arquetipo. Presente desde el siglo XVIII en diferentes obras artísticas y no solamente en España, que fue donde nació.
La composición dramática más escenificada de nuestro idioma es, sin duda, Don Juan Tenorio, del escritor español José Zorrilla. Escenificada por primera vez en el Teatro de la Cruz, de Madrid, el 28 de marzo de 1844. Desde entonces, no ha dejado de representarse.
En Recuerdos del tiempo viejo (1880), Zorrilla refiere cómo se originó la escritura de su obra magna:
En febrero del 44 […] Carlos Latorre […] necesitaba una obra nueva […]. No recuerdo quién me indicó el pensamiento de una refundición de El Burlador de Sevilla o, si yo mismo, animado por el poco trabajo que me había costado la de Las travesuras de Pantoja, di en esta idea registrando la colección de las comedias de Moreto. El hecho es que, sin más datos ni más estudio que El Burlador de Sevilla de aquel ingenioso fraile y su mala refundición de Solís, que era la que hasta entonces se había representado con el título de No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague o El convidado de piedra, me obligué a escribir en veinte días un Don Juan de mi confección.
Curiosamente la obra tuvo poca aceptación en su estreno, por lo que Zorrilla prefirió vender los derechos para resolver su mala situación económica. Si bien no pudo beneficiarse del éxito comercial de las representaciones siguientes, Zorrilla recibió el reconocimiento de su nombre y figura como escritor.
El mito de Don Juan
Como el mismo Zorrilla explica, Don Juan Tenorio está inspirada en El burlador de Sevilla o El convidado de piedra, de Tirso de Molina. Escrita en 1630, casi doscientos años antes, la obra fijó un arquetipo de seductor muy difundido e influyente para la literatura universal.
A su vez, la versión de Tirso muestra similitudes con la figura de un hombre libertino y burlador, la cual aparece en obras previas y en las que se puede rastrear el mito de este arquetipo.
En sí, Don Juan es el arquetipo español de corte clásico porque es amoral y pícaro. Es fugitivo tanto de la justicia divina como de la mundana. Es jactancioso y echa a volar su intimidad sin ningún pudor
Antes de Tirso, este mito se encuentra en los anales de la literatura: El infamador, obra escrita en 1581 por Juan de la Cueva. Más adelante, en 1617, Andrés de Claramonte escribió Tan largo me lo fiais.
Tras su difusión, el mito del enamorado enfermizo también inspiró a Moliére (Don Juan), Mozart (Don Giovanni), Espronceda (El estudiante de Salamanca), Lord Byron (Don Juan) y Pushkin (El convidado de piedra).
El arquetipo de Don Juan está arraigado en culturas de distintos países. Para el caso de los hispanohablantes, su referencia es tan cotidiana que cuenta con una entrada en el diccionario: «donjuán: seductor de mujeres».
¿Quién no ha utilizado este término para referirse a algún personaje de la vida real?
Es peculiar como la figura de hombre amoral, seductor, vándalo y cínico ha llegado a impactar con tal impacto en la sociedad de América Latina, que se ha convertido en el prototipo del hombre masculino, enloquecedor de mujeres. maridos y amantes.
Por otra parte es un tema que al parecer ha subyugado a la humanidad desde tiempos inmemoriales.
Sin embargo en esta época de apertura de inclinaciones sexuales de todo tipo, la figura de “Don Juan”, ha sufrido serios reveses por el feminismos acendrado y la insistencia de los Derechos Humanos en “satanizar” la figura del hombre en el sentido puramente biológico sin tomar en cuenta nuestras “diferencias” con el sexo opuesto y las implicaciones que trae todo este teje y maneje de la figura masculina.
La seducción erótica alimento del libido colectivo describe, a un arquetipo erotizante, deseado, en conflicto permanente:, valeroso, intrépido, sagaz,, comedido que abre todas las alcobas de las mas deseadas, a recrear proezas amatorias convertido en complemento perfecto, la picaresca que rodea al personaje siempre en medio de su propio cataclismo, lo hace colorido y profundo, irresistible, ,